La música tiene un sin fin de definiciones, estilos y usos, pero sin duda es un lenguaje universal, es la voz espiritual de un pueblo, tanto así, que una misma composición musical puede llegar a representar el sentir de miles de personas sin distingo de raza, credo o país de origen.
No importa el idioma en el que se cante, los sonidos son capaces de transmitirnos emociones, de hacer volar nuestra imaginación. Con tan solo escuchar unas notas podemos viajar a lugares distantes, recordar momentos especiales, percibir la tristeza o la emoción que engloban los sonidos. Pero además, la música es bandera cultural de un pueblo o de un país, de una generación o de un estilo de vida en especifico.
Y es que así como las modas, la música se va adaptando a las épocas, situaciones, culturas y se han desarrollado inclusive usos terapéuticos y espirituales, su evolución ha ido dando lugar a diferentes géneros musicales como la música cristiana o religiosa, la música programática, la música de cine o la ópera, el rock, el jazz, el flamenco, entre muchos otros.
En ocasiones se combinan estilos y géneros muy diversos, pero con un objetivo especifico o una causa común a ciertas comunidades, por ejemplo la música y las canciones cristianas se refieren a una gran cantidad de estilos musicales que tienen como principal objetivo difundir el mensaje cristiano a la comunidad. Hoy en día, las canciones cristianas pueden provenir de muchos estilos musicales, desde el pop, música folclórica, salsa, hasta el rock.
Como elemento de unión en muchas ocasiones se ha utilizado la música para fines benéficos, en las últimas décadas se han organizado una serie de diversos eventos cuyo fin es crear conciencia respecto a un tema y en ocasiones reunir dinero para una causa determinada.
Con fines terapéuticos se ha creado la Musicoterapia, que consiste en el uso de la música y sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) realizada por un musicoterapeuta calificado con un paciente o grupo, tiene como fin desarrollar potenciales o restaurar las funciones del individuo de manera tal que éste pueda lograr una mejor integración intra o interpersonal y consecuentemente una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento.
De modo que la música es un arte sin fronteras de ninguna índole, que se expande y se filtra a toda disciplina aportando infinidad de bondades y beneficios.