¿Cuántas veces hemos llegado a casa para encontrarnos a nuestra pareja, hijos o incluso padres jugando a videojuegos? Además, seguro que muchos de nosotros hemos pensado alguna vez que podrían estar invirtiendo su tiempo en algo más productivo. Parece ser que existe la concepción de que los videojuegos generan problemas de atención y mayor distracción, pero los estudios científicos han llegado para demostrar lo contrario.
Un equipo de la universidad Queen Mary College de Londres llevó a cabo un estudio en 2013 con el fin de medir la capacidad multitarea de los gamers. Para ello, los voluntarios jugaron a un juego de estrategia llamado Starcraft durante 40 horas repartidas en unas 7 semanas. Tras observar cómo se comportaban tras el entrenamiento, se llegó a la siguiente conclusión: su capacidad para ejecutar varias tareas de manera simultánea había aumentado y, además, la precisión con la que realizaban cada una de ellas. De esta manera, concluyeron que los jugadores de este tipo de videojuegos pueden cambiar de tarea de manera más rápida y ágil.
Madres, padres, podéis estar tranquilos si vuestros hijos juegan al Call of Duty o al Battlefield porque ningún estudio ha podido demostrar que los juegos de acción causen un comportamiento más agresivo en los niños, sino todo lo contrario. La neurocientífica Daphne Bavelier y su equipo pusieron a prueba la capacidad de atención de estos jugadores y obtuvieron sorprendentes resultados. Mientras que un adulto normal puede prestar atención a 3 o 4 objetos de manera simultánea, un jugador de videojuegos de acción tiene una capacidad de atención de unos 6 o 7 objetos.
Hay estudios que afirman que, en la actualidad, existen más de 1200 millones de gamers en el mundo. ¿Qué tienen los videojuegos para convertirse en éxitos mundiales? Una buena trama, un diseño hiperrealista, la calidad de los gráficos y los efectos de sonido parece ser la fórmula perfecta para embaucar tanto a niños como adultos.
Año tras año los juegos online superan las expectativas de los jugadores pues las nuevas tecnologías han revolucionado la industria de los videojuegos. ¿Quién diría hace 20 años que simplemente con ponernos unas gafas de realidad virtual podríamos convertirnos en un personaje más de la historia? Bien es cierto que, como todo, no es bueno realizar un uso excesivo de los videojuegos y pasar todo el día sentado frente a la pantalla. Sin embargo, se ha demostrado que un uso razonable de estas tecnologías puede tener un impacto positivo en la plasticidad del cerebro, el aprendizaje, la atención y la visión. El reto es averiguar qué ingredientes provocan estos cambios en el cerebro para poder aprovecharlos y producir mejores videojuegos que revolucionen la industria.