Las almendras son frutos que contienen un alto contenido en vitaminas A, B y E así como proteínas y minerales por lo que tienen una gran capacidad nutritiva. Uno de los efectos que las almendras tienen sobre el cuerpo es, precisamente, que la nutren y proporcionan elasticidad, dejándola suave e hidratada. Las almendras ayudan a mantener una piel joven y tersa
Los productos de belleza siempre contienen aceite de almendras por sus beneficios, pero más allá del aceite, se pueden realizar mascarillas caseras con almendras que nos ayudarán a tener cuidada tu piel.
Mascarilla de almendras para el cuidado del rostro
Si la piel requiere o no un cuidado específico, es conveniente seguir algún tratamiento que ayude a mantener una piel joven y tersa. Para ello, existe una mascarilla casera muy fácil de hacer que contiene almendras como componente base.
Esta mascarilla deberá aplicarse haciendo un leve masaje durante tres minutos sobre el rostro. Pasado este tiempo, retirar con abundante agua. Para hacerla solo necesitas almendras crudas y sin tostar y una cucharada de yogur.
Su elaboración consiste en machacar las almendras para después mezclarlas con el yogur. Si tienes la piel grasosa deja las almendras reducidas en partículas más grandes y si tienes la piel sensible, procura dejar los granitos muy finos.
Con las almendras también se combaten las arrugas
Esta mascarilla resulta muy efectiva y es una buena alternativa para aquellas que prefieren apostar por tratamientos naturales sin compuestos químicos en lo que a cuidado corporal se refiere.
Para la realización de esta mascarilla se requiere dos cucharadas de almendras pulverizadas, una yema de huevo, una cucharada de miel y una cucharada de agua caliente.
Para la preparación, en primer lugar, bate y mezcla las almendras con la yema de huevo y la cucharada de miel. Después, una vez que se haya formado una pasta homogénea, añade agua caliente y continúa batiendo hasta que vuelva a convertirse en una pasta uniforme y suave.
Cuando esté hecha, aplícala sobre el rostro formando una capa gruesa y manteniéndola durante 30 minutos. De nuevo, retírala con abundante agua realizando un suave masaje para beneficiarte de la acción exfoliante del polvo de almendras.