Hablemos de la inteligencia artificial (IA), esa tecnología increíble que está en todas partes, desde tu teléfono hasta los servidores que hacen funcionar internet.
Desde 2022, la IA ha causado una revolución mundial, especialmente con herramientas como ChatGPT de OpenAI, que han cambiado la forma en que interactuamos con la tecnología.
Pero, ¿sabías que toda esta magia tecnológica viene con un costo oculto bastante grande? No, no hablo de dinero, sino de electricidad. Y mucha. De hecho, se proyecta que para 2027, los servidores de IA podrían usar entre 85 y 134 teravatios hora (TWh) al año, una cantidad comparable al uso anual de electricidad de países como Argentina, los Países Bajos o Suecia.
La Carga Energética de la Inteligencia Artificial
La IA no solo usa mucha electricidad, sino que su demanda sigue creciendo. Piensa en ChatGPT, por ejemplo. Para que funcione y mejore, necesita entrenarse constantemente, lo que requiere enormes cantidades de electricidad y agua.
Es como tener un atleta de élite que entrena día y noche, pero en lugar de comida y agua, este consume electricidad.
¿Y sabes qué más? Cuando usas IA para buscar algo en Google o generar un texto, también estás consumiendo mucha energía. Incluso empresas como Google, que están potenciando sus servicios con IA, enfrentan un consumo energético enorme.
Si cada búsqueda de Google usara IA, necesitaríamos unos 29,2 TWh de energía al año, ¡equivalente al consumo anual de electricidad de Irlanda!.
El Desafío del Futuro: Eficiencia vs. Demanda
Aquí viene un dilema interesante: mientras más eficientes hacemos estas herramientas de IA, más las usamos. Esto se llama la paradoja de Jevons. Por ejemplo, hacer que ChatGPT sea más eficiente podría resultar en que se use aún más, aumentando el consumo total de energía.
Es un poco como cuando mejoras tu condición física y te sientes con más energía para hacer aún más ejercicio. Pero en el caso de la IA, ese «ejercicio» adicional significa consumir aún más electricidad.
¿Y Ahora Qué?
Este crecimiento en el consumo de energía por la IA nos plantea un gran desafío. ¿Cómo y dónde aplicamos esta tecnología? Dado que su uso es tan intensivo en energía, es crucial no utilizarla en situaciones innecesarias.
Una gestión responsable de la IA es vital, especialmente ahora que se está convirtiendo en una parte tan integral de nuestra sociedad.