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7 de octubre de 2024

¿Qué pasa con la grasa de nuestro cuerpo cuando la quemamos?, esta es una de las preguntas que más comúnmente se hacen cuando estás tratando de perder peso. ¿Será que está en realidad se quema y se derrite? Todos hemos deseado que una hada madrina se acerque a nuestra cama por las noches y nos saque todos esos “gorditos” del abdomen, sin embargo este proceso se hace de manera diferente.

Primero que nada hay que examinar la diferencia entre perder peso y perder grasa, generalmente la primera se debe solamente al número que marca la báscula y este puede disminuir debido a que eliminaste grasa o simplemente no tomaste agua. Esto es lo que generalmente pasa cuando haces un détox con jugos y no es un resultado significativo porque lo vas a volver a ganar. El número de tu báscula puede aumentar también si haces ejercicio, ya que el músculo pesa más que la grasa y eso no significa que estés gorda.

Perder grasa, en cambio, sí es algo que necesitas para tener un cuerpo saludable ya que esto se da cuando combinas una nutrición adecuada con ejercicio y como resultado tendrás un cuerpo tonificado, marcado y una figura estilizada. Puedes saber cuánta grasa debes perder haciéndote un estudio de índice de masa corporal.

La grasa es también un macronutriente y tu cuerpo no puede vivir sin ella pues la necesitamos para hacer varias funciones, es esencial para el trabajo adecuado del cerebro y para crecer músculos, aunque ya sabes que me refiero a la grasa saludable y no a esas papas fritas, ¿cierto?. Cuando comes en exceso carbohidratos o proteína, estos se convierten en triglicéridos que se guardan en el tejido adiposo. Sin embargo, con la grasa no ocurre lo mismo y el resultado literalmente te dejará sin aliento.

Se creía que esta se convertía en energía o calor, pero según se explica en el portal del British Medical Journal, un estudio hecho por Ruben Meerman y Andrew Brown, ha descubierto que la mayoría de la “grasa que perdemos” se convierte en dióxido de carbono que sacamos del cuerpo cuando exhalamos. El resto de lo que queda en el cuerpo sí se convierte en músculo o se excreta cuando vas al baño, sudas o lloras, así que ya entendemos porque existe el famoso mantra de yoga de “inhala y exhala”.

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