Cuando Elon Musk anunció en abril del año pasado que quería comprar Twitter, la compañía del pájaro azul trató de impedirlo por todos los medios. Ahora que el famoso empresario divulgo su deseo de retirar la oferta de compra, la compañía del pajarito azul está utilizando sus recursos legales para forzar a Musk a continuar con la negociación.
El acuerdo, firmado en abril, incluye una cláusula en la que se establece que en caso de «daño irreparable», como la imposibilidad de completar el acuerdo, las partes tienen derecho a acudir a los tribunales para solicitar $1.000 millones como indemnización por daños y perjuicios para evitar el incumplimiento del contrato.
Sin embargo, Twitter no está tratando de obligar a Musk para que pague esta suma, sino que espera que se ejecute la transacción de compra tal como habían pactado, según lo manifestado por el presidente de Twitter, Bret Taylor en un tweet:
«La Junta de Twitter está comprometida a completar la transacción al precio y los términos acordados con el señor Musk y tiene la intención de emprender acciones legales para hacer cumplir el acuerdo de fusión».
Pero mientras Twitter ha amenazado con emprender acciones legales, Elon Musk de momento únicamente ha respondido con burlas y memes, como siempre es costumbre de este imprevisible empresario. Y lo ha hecho nada y nada menos que en la misma red que ahora se niega a comprar, es decir, Twitter.
Si las partes involucradas en el convenio no logran llegar a un acuerdo, el caso tendrá que ser visto por el Tribunal de la Cancillería de Delaware.
En ese escenario, el tribunal podría liberar a Musk de las obligaciones acordadas -lo que parece poco probable- u obligarle, como quiere Twitter, a continuar con el acuerdo y pagar los 44.000 millones de dólares acordados, o una tercera opción, que sería obligarle a pagar una penalización de 1.000 millones de dólares por retirarse del acuerdo.
La última opción sería una victoria para este excéntrico millonario y un golpe de gracia para una de las redes sociales más populares de la historia, según los expertos.
Situación que agudizaría las dificultades recurrentes de la plataforma para atraer a nuevos usuarios y anunciantes.